Con la economía global cerca de su potencial y ante la prioridad de restaurar una inflación baja y estable, una postura monetaria restrictiva y una fiscal ampliamente neutral parecen ser la combinación de políticas apropiadas.
Algunas políticas recomendadas para gestionar los riesgos a la baja
- Existe margen para hacer que la situación fiscal responda mejor a las condiciones de la demanda, manteniendo al mismo tiempo un marco general prudente.
- Cambios en el régimen de precios de los combustibles internos mejoraría la flexibilidad fiscal: pasar de subsidios generalizados a brindar apoyo específico a los más afectados por los aumentos.
- Ajustes a la estrategia de negocios de Pemex aislarían al presupuesto del riesgo de tener que absorber mayores pérdidas de la operación de la empresa: podrían ser el fomento de una mayor participación del sector privado o ventas de activos secundarios para reducir la carga de la deuda corporativa.
- Reconstruir pronto las reservas fiscales permitiría que la política fiscal respondiera rápidamente en caso de un shock: el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios tiene menos del 0.1% del PIB en recursos disponibles; llevarlos a alrededor de 0.3 a 0.5 por ciento aumentaría la capacidad de respuesta a cambio de un costo fiscal relativamente pequeño.
- En el caso de un endurecimiento inesperado de las condiciones financieras globales y mayores salidas de capital, los aumentos de la tasa de política monetaria son un instrumento apropiado. Pueden usarse para contrarrestar cualquier traspaso marcado de la inflación o un aumento en las expectativas sobre ésta, mientras que la intervención cambiaria podría ayudar en condiciones de mercado desordenadas.
LECTURA SUGERIDA:
https://www.imf.org/en/News/Articles/2022/10/07/cs1072022-mexico-staff-concluding-statement-of-the-2022-article-iv-mission