El boom de Bitcoin, innovación con el poder de Blockchain
El 5 de noviembre, Bitcoin cotizaba alrededor de $68 mil dólares; al siguiente de la victoria de Donald Trump, marcó un récord histórico en $76 mil y analistas vaticinaban niveles de $100 mil para la toma de protesta presidencial, el 20 de enero. Sin embargo, unos cuantos días ya pasaba de $92 mil. ¡Más de 35% de ganancia en ocho días!
La reacción al triunfo del candidato de los republicanos en el mercado de las criptomonedas ha sido espectacular. Para comparar, con un mercado de capitales también alcista en el mismo lapso, el índice Dow avanzó algo más de 5% y el Nasdaq, cerca de 6 por ciento.
Sin embargo, lo más interesante, me parece, no es el buen negocio que muchos estarán haciendo (o no, porque si algo caracteriza a los activos digitales es que igualmente pueden subir o caer espectacularmente). Tampoco si las promesas de campaña para hacer de Estados Unidos la “capital cripto del planeta”, bastante vagas, justifican la explosión de optimismo.
Laissez faire y más emprendimiento
Lo que sí quedó claro es que vendría un giro a la escalada regulatoria de los últimos años, que, para muchos de los capitanes de la criptoindustria, ha sido de pública hostilidad por parte de Comisión de Bolsa y Valores (SEC). Trump ha ofrecido eso, incluyendo despedir “el día uno” al jefe de la SEC, aunque no tendría la facultad legal para hacerlo. La criptoindustria no rechaza la regulación en general: le conviene hasta por el sello de legitimidad que da, pero sí está en contra de la que es onerosa o limitante de oportunidades.
Una de sus propuestas más llamativas fue una "Reserva Estratégica de Bitcoin": la retención de todos los criptoactivos confiscados a delincuentes financieros, lo que ayudaría a posicionar a Estados Unidos como gran tenedor soberano, aumentando la confianza global en el mercado. Otra: un consejo asesor presidencial del sector. Y dijo: "Si las criptomonedas van a definir el futuro, quiero que sean minadas, acuñadas y fabricadas en USA".
No mucho más. Pero la promesa de un entorno de más libre mercado y menos intervención ha sido más que suficiente. Para mí, lo más emocionante de esto, más que las oportunidades de grandes ganancias para criptoinversores, es una tierra fértil para la innovación sobre casos de uso con activos digitales y, más aún, de su tecnología subyacente, es decir, blockchain.
Más incentivos y recursos, menos barreras, si bien queda el reto de encontrar cobertura efectiva, pero equilibrada, a los riesgos inherentes a esa mayor libertad.
En suma, un factible boom de emprendimiento en torno al poder revolucionario de los activos digitales, que va mucho más allá de su faceta de inversión: en la evolución de los pagos y hasta en la del propio dinero y sus funciones como medio de cambio, unidad de cuenta y reserva de valor. En cuestión de años, esto podría cambiar más que lo que lo que lo hizo en siglos.
La posibilidad de que florezcan las aplicaciones y casos de uso en los distintos campos de las finanzas. Y más aún, la capacidad de blockchain de dar pie a una trascendente transformación de la forma en que se gestionan las empresas y se hacen negocios, tanto como en la propia economía y en diversas actividades humanas.
De los contratos inteligentes a nuevos tipos de sociedades mercantiles o de otros tipos, las llamadas DAO, organizaciones autónomas descentralizadas, junto con todo lo que está por escribirse con la Web3. De innovaciones hasta en el arte, por ejemplo, con los tokens no fungibles (NFTs), a la forma como nos identificamos o votamos.
Canales de innovación: de las finanzas al arte
Qué tal el potencial de un verdadero “dúo dinámico” de tecnologías: blockchain + inteligencia artificial, abriendo nuevos horizontes de emprendimiento y crecimiento. Pienso, por ejemplo, en el anuncio que recién hizo la startup californiana Skyfire: la primera red de pagos para transacciones autónomas entre agentes de IA. Una capa operativa necesaria para el despegue del AI-commerce.
Los agentes de IA son programas que pueden realizar tareas a nombre de un usuario, analizando datos, tomando decisiones como en compras o transacciones instantáneas, y aprendiendo para mejorar su desempeño con el tiempo.
Skyfire no construye agentes IA: muchas empresas ya lo hacen, por ejemplo, agentes planificadores de vacaciones. Lo que hace es permitir que interactúen con la autonomía financiera necesaria, con conexión a billeteras digitales, autenticación y registro gracias a blockchain. Capitaliza la experiencia de sus fundadores en la construcción de la plataforma de pagos transfronterizos de Ripple, otro ejemplo de la capacidad de la aplicación de la tecnología de las criptomonedas para liberar cuellos de botella que antes parecían irresolubles, en este caso para agilizar y abaratar las transferencias internacionales.
Nosotros, en ARMS, en la misión de acelerar el flujo de efectivo en empresas B2B, construimos nuestra plataforma de automatización de cuentas por cobrar con base en Hyperledger, código cerrado y herramientas de Linux para cadenas de bloques. A la par, usamos IA con propósitos de inteligencia, automatización y colaboración, como modelos de predictibilidad en la cobranza y el flujo de efectivo.
Simplemente pensemos en todo lo que puede hacerse en materia de trazabilidad. Como en las cadenas de suministro, con más transparencia y auditabilidad de todos los eslabones. Del control de calidad a la logística y la distribución, así como en nuevas necesidades, como el seguimiento de la huella de carbono.
Por eso digo, pensando en el ámbito de las finanzas y, en general, del management, que hay que pensar mucho más en blockchain, y mejor aún, invertir en ello. Más que para comprar bitcoins, para subirse a tiempo al tren del gran cambio que viene en los negocios y la economía.