El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ha publicado su reporte sobre los indicadores de confianza empresarial correspondiente a octubre de 2024. El informe refleja una ligera recuperación en la confianza de los empresarios mexicanos en comparación con los meses anteriores. Este ascenso se ve impulsado principalmente por la mejora en las expectativas sobre la situación económica futura del país y la percepción de un entorno más favorable para las inversiones.
Los sectores de manufactura, construcción y comercio han mostrado un incremento en sus indicadores, lo cual es una señal alentadora para la economía mexicana. Sin embargo, la confianza en el sector servicios sigue siendo moderada, lo que indica que aún quedan desafíos por superar.
Cuando comparamos los datos de octubre 2024 con los registros históricos recientes, observamos una tendencia positiva. En los últimos dos años, los indicadores de confianza habían mostrado fluctuaciones debido a la incertidumbre generada por factores tanto internos como externos, incluyendo la inflación y la desaceleración global.
Por ejemplo, en octubre de 2022, los indicadores se encontraban en uno de sus puntos más bajos debido a la crisis de suministros y la alta inflación. Sin embargo, el reporte actual muestra una recuperación sostenida desde mediados de 2023, lo que sugiere que las políticas económicas y las medidas de reactivación están comenzando a dar frutos. (Fuente: Banco de México, https://www.banxico.org.mx)
El incremento en la confianza empresarial tiene implicaciones directas para la economía mexicana. Una mayor confianza se traduce en mayores inversiones, tanto nacionales como extranjeras, lo cual puede estimular el crecimiento económico. Según el Banco Mundial, una mejora en la confianza empresarial suele correlacionarse con un aumento en la inversión productiva y en la generación de empleo. (Fuente: Banco Mundial, https://www.bancomundial.org)
No obstante, es crucial considerar que la economía mexicana aún enfrenta retos significativos como la inflación persistente y la volatilidad del tipo de cambio. Estos factores pueden afectar la estabilidad económica y, por ende, la confianza empresarial a largo plazo.
Para los tomadores de decisiones en empresas medianas y grandes, estos indicadores deben ser un insumo clave en la planeación estratégica para 2025. En un entorno de confianza creciente, es recomendable considerar la ampliación de inversiones en áreas estratégicas que puedan ofrecer ventajas competitivas a largo plazo.
Asimismo, es esencial mantener una vigilancia continua sobre los factores macroeconómicos y ajustar las estrategias según las condiciones del mercado. La diversificación de inversiones y la preparación para escenarios adversos pueden ser tácticas efectivas para mitigar riesgos.
De cara al 2025, la planeación estratégica debe centrarse en aprovechar el momentum de recuperación económica. Las empresas deben enfocarse en la innovación y en la mejora de la eficiencia operativa para seguir siendo competitivas.
Es fundamental que las estrategias incluyan un análisis riguroso de las tendencias del mercado y una adaptación ágil a los cambios del entorno económico. La confianza empresarial en ascenso es un buen augurio, pero mantener esta tendencia dependerá de decisiones bien informadas y estratégicamente sólidas.