¿Crecen las ventas y empeoran las finanzas? ¿A más pedidos, más presiones de flujo de efectivo y, posteriormente, de rentabilidad y hasta de solvencia? Esta no es una paradoja extraña en empresas B2B.
Es muy común cuando se descuida lo que sigue a una venta para que sea buen negocio. A menudo, lo que más afecta no reside en fallas de capacidad para entregar en tiempo y forma, sino en relación con lo necesario para poder facturar y cobrar igualmente en tiempo y forma. Los desbalances de ingresos y gastos pueden ser temporales, pero aun así letales, con fuertes sobrecostos operativos y financieros asociados.
Si a veces ni siquiera hay una visión integral de la ruta para llegar hasta el cobro o inclusive a la primera aduana para llegar a éste, que sería la facturación, mucho menos puede haber conocimiento preciso y documentado de los requerimientos específicos y las incidencias de cada etapa. Así, no debe sorprender por qué, para muchas empresas, prever la cobranza y la liquidez parece más una cuestión de fe o adivinación que de proyección.
Hoy, gracias a una serie de aplicaciones tecnológicas, es posible corregir, y con bastante rapidez, esa paradoja, e ir más allá. No sólo lograr la mejor sincronización posible de las ventas y la cobranza, sino para estructurar al ciclo O2C (de la orden de compra al efectivo) para que incluso nos ayude a ampliar el valor agregado al cliente.
La inteligencia artificial (IA) se está erigiendo en el gran catalizador en la evolución de las finanzas y en particular de las cuentas por cobrar (CXC) precisamente por su capacidad para orquestar esas tecnologías, como la automatización robótica de procesos (RPA) y blockchain, y a las áreas de la organización que tienen un papel en el O2C.
Ya hablamos de usos prácticos con resultados concretos, como los que está demostrando la plataforma de CXC de ARMS para reducir tiempos de facturación y cobranza y aumentar la predictibilidad. Ahora les invito a pensar en las posibilidades en adelante, en toda la tela que hay por cortar, etapa por etapa del O2C, para acelerar el flujo de efectivo.
En esta ocasión, nos concentramos en la primera parte del proceso, el order to invoice: del pedido a cumplir con todo lo necesario para llegar bien y pronto a la factura.
Hay que pasar por una serie de verificaciones con el departamento de Cuentas por Pagar del cliente, como revisiones de cantidades, precios y condiciones, conforme la obligación contractual y los detalles de la orden de compra. Si se detectan discrepancias o quizá productos dañados, no podremos facturar hasta que haya una conciliación y solución. La “magia” de la IA está en asistirnos para llegar hasta este punto minimizando riesgos, asegurando la cobertura de los requisitos y detectando de inmediato incidencias para resolución.