Bases para Planeación Financiera en tiempos de incertidumbre extrema

Las empresas y sus responsables de finanzas enfrentan un entorno global cada vez más volátil. La incertidumbre es evidente con las constantes amenazas arancelarias de Estados Unidos y los cambios de reglas de un día para otro.
Ejemplo claro: un decreto publicado un sábado para aplicar aranceles el martes siguiente provocó la depreciación del tipo de cambio, turbulencias en los mercados y presión en tasas de inflación e interés. Luego, el lunes, la medida se pospuso por un mes.
En este contexto, la planeación financiera se vuelve un reto. La ansiedad puede llevar a malas decisiones, como la acumulación apresurada de inventarios. Según el Institute for Supply Management, muchas empresas están revaluando sus estrategias de manera urgente.
No es un problema solo para exportadores e importadores. Un arancel del 25% afectaría a todas las exportaciones mexicanas a EE.UU., que en 2024 alcanzaron un récord de 506 mil millones de dólares, equivalente al 35% del PIB nacional. Además, es probable que se tomen represalias comerciales.
Casi todas las variables financieras clave pueden verse afectadas por un choque de esta magnitud.
Escenarios adversos: cómo abordarlos estratégicamente 
Es natural pensar en los peores escenarios; nuestro cerebro está diseñado para eso. Sin embargo, el exceso de preocupación puede llevar a decisiones erróneas o incluso a la parálisis.
El informe de riesgos globales 2025 de Eurasia Group confirma que hay muchas fuentes de inestabilidad más allá de los aranceles.
A pesar de un entorno menos predecible, hoy existen herramientas avanzadas para mejorar la planeación y la capacidad de adaptación. Por ejemplo, las plataformas que permiten prever la cobranza y mejorar el flujo de efectivo, como ARMS Tech, que además automatiza procesos de cuentas por cobrar.
El desafío de la gestión financiera en tiempos inciertos es lograr un equilibrio entre dos objetivos clave: ser resilientes ante la volatilidad y mantener el rumbo hacia la rentabilidad y el crecimiento.
Visión estratégica: entender el entorno y adaptarse
No se trata de que los CFOs sean expertos en geopolítica, pero sí de que comprendan el impacto de los cambios globales en la empresa. Ya no basta con ser “la persona de los números”.
El 54% de los CFOs encuestados por Deloitte consideran que la geopolítica es una preocupación clave, pues afecta la gestión de riesgos, presupuestos y proyecciones financieras. Para Kearney, la planeación de escenarios es la prioridad número uno en 2025.
Pero informarse bien no significa estar abrumado de información. La clave está en aprovechar tecnología que facilite análisis y libere tiempo para la estrategia. También es fundamental mantener una comunicación fluida con todas las áreas de la empresa, incluyendo quienes están en operaciones diarias. En arms, por ejemplo, los cobradores participan activamente para ofrecer una visión completa de la vida real de las facturas.
Flexibilidad y rapidez: claves para la toma de decisiones
La teoría de antifragilidad de Nassim Nicholas Taleb (autor de El cisne negro) propone que, en lugar de resistir la incertidumbre, las empresas deben fortalecerse a partir de ella.
Un artículo reciente de CFO.com destaca que la presupuestación en tiempos de incertidumbre debe priorizar la agilidad.
Los planes rígidos pueden quedar obsoletos en cuestión de meses. Un CFO eficiente no evita el riesgo, sino que planea con escenarios alternativos, pruebas de estrés y medidas de contingencia.
El presupuesto tradicional, inflexible y estático, ya no funciona. En su lugar, las empresas deben combinar dos enfoques
- Top-down: Prioridades estratégicas desde la alta dirección.
- Bottom-up: Necesidades operativas de cada área.
Ambos tienen ventajas y limitaciones, pero juntos permiten una mejor asignación de recursos y una toma de decisiones más dinámica. La clave es contar con la flexibilidad suficiente para ajustar gastos, reasignar fondos y aprovechar oportunidades en un entorno cambiante.
En tiempos de incertidumbre, la mejor estrategia no es solo reaccionar, sino estructurar la empresa para fortalecerse con la volatilidad.